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En la carrera por entregar productos digitales cada vez más rápido, muchas empresas están cayendo en una trampa peligrosa: creer que deben elegir entre velocidad o calidad. Este supuesto dilema no solo es falso, sino costoso.
En la industria del software, la calidad ya no es solo un paso final: es una responsabilidad compartida desde el inicio. La integración de DevOps en el aseguramiento de calidad (QA) representa un cambio profundo que trasciende la automatización de procesos.
Al concluir el primer trimestre de 2025, las tendencias tecnológicas emergentes están demostrando su capacidad para generar valor estratégico en diversas industrias de Colombia, México y Panamá. Estas tendencias se están consolidando como elementos clave para obtener ventajas competitivas en el mercado actual.
La IA generativa está revolucionando el desarrollo de software con automatización y velocidad, pero ¿a qué costo? Si no se implementan buenas prácticas de aseguramiento de calidad (QA), se corre el riesgo de introducir errores, vulnerabilidades y deuda técnica.
Adoptar tecnología sin desarrollar talento es como instalar sistemas avanzados en una infraestructura sin cimientos sólidos. Las empresas invierten cada vez más en modernización digital, pero enfrentan una realidad desafiante: sin equipo humano capacitado, la transformación digital puede convertirse en una iniciativa estancada.
El panorama empresarial latinoamericano atraviesa una transformación donde los CFO (Chief Financial Officers) han evolucionado desde un rol tradicionalmente centrado en operaciones financieras hacia posiciones con mayor incidencia estratégica y transformadora. Las nuevas tecnologías están redefiniendo sus capacidades, exigiendo una adaptación continua para mantener la competitividad organizacional.
En México, el panorama del QA es mixto: mientras algunos sectores, como fintech o salud digital, han avanzado hacia la madurez, muchas empresas aún operan con prácticas reactivas, esperando a que ocurran errores antes de atender la calidad.
La inteligencia artificial (IA) ha emergido como una fuerza disruptiva en diversas industrias, y el testing de software no es la excepción. A medida que las aplicaciones se vuelven más complejas y la demanda de calidad aumenta, las técnicas tradicionales de testing enfrentan desafíos significativos.
La industria tecnológica avanza a un ritmo acelerado, pero hay un obstáculo crítico que amenaza con frenar su crecimiento: la escasez de talento IT.